Dimora Donna Rita es más que una villa; es un remanso de paz, moldeado por el viento y la luz del Salento. Antaño un refugio secreto para las escapadas de verano y el silencio dorado de la antigua nobleza de Lecce, hoy se revela como un legado de calma y belleza.
Rodeada de un olivar con más de trescientos árboles, protegida por un muro de piedra que preserva su atmósfera íntima, esta residencia goza de una ubicación encantadora, estratégicamente suspendida entre el alma de la región.
A diez minutos del esplendor barroco del centro de Lecce, a veinte minutos de la brisa salada y las playas doradas del Adriático, y a media hora de las aguas cristalinas y los suaves acantilados del mar Jónico.
Desde aquí, como los hilos de un precioso tapiz, se despliegan las bellezas culturales, arquitectónicas y naturales de una tierra generosa, acompañadas de recorridos enogastronómicos que son poesía para el paladar, para vivir entre bodegas centenarias, molinos de aceite subterráneos y auténticas trattorias.
Loredana, la hija de Donna Rita, te guiará a través de estas bellezas, manteniendo vivos los recuerdos y aromas de la infancia. Con paciencia y amor, ha dado voz a una antigua casa abandonada, transformándola en un lugar acogedor que llega al corazón. Su presencia no es solo hospitalidad, sino un diálogo abierto: te guía con pasión por senderos ocultos, revelando rincones de arte y sabores auténticos, personalizando tu viaje.
Si lo solicitas, la residencia cobra vida con degustaciones de Salento, rituales de convivencia donde los productos de la tierra se convierten en poesía en el plato. No vienes aquí solo a dormir, sino a redescubrir un ritmo ancestral, a dejarte arrullar por el susurro de los olivos y a partir cada mañana con un espíritu ligero y una perspectiva renovada.
Para quienes buscan no solo un lugar, sino una emoción duradera, en el corazón de todo lo que Salento tiene para ofrecer.